Rodolfo Mendoza
¿Qué lector se resistiría a un título como El laberinto sentimental? ¿Quién se resistiría a un nuevo libro de José Antonio Marina? Quienes conozcan la obra de este singular pensador y crítico español, autor, entre otros de Ética para náufragos, Elogio y refutación del ingenio, Teoría de la inteligencia creadora, El misterio de la voluntad perdida, sabrán que Marina ha planteado una nueva forma de abordar la filosofía y el pensamiento.
El laberinto sentimental de José Antonio Marina es un libro, una tesis, que trata de desentrañar el nacimiento y función de los sentimientos. El lector pensará que esta tarea a más de ociosa es imposible, pero a través de las “Jornadas” propuestas por Marina se verá que, sin llegar a ser una fenomenología de los sentimientos, El laberinto sentimental es el único libro en lengua española que ha tratado de demostrar que los sentimientos pueden ser clasificados y se puede tratar de comprenderlos. Sin duda, los sentimientos no son únicos, como no existe un único ser, pero sí pueden plantearse, al menos, la génesis de cada uno de ellos.
Marina inicia proponiendo una biografía de los sentimientos, en donde bosqueja ya no a los sentimientos en sí mismos, sino la “biografía sentimental” del hombre. Ejemplos desde los neonatos hasta los ancianos van recorriendo El laberinto sentimental de José Antonio Marina. Por supuesto que Marina no deja de lado la biología y la fisiología, es más, declara, hacia el final del libro, que su primer impulso al empezar la escritura de este volumen fue hacerlo desde el punto de vista de las ciencias y no de la filosofía.
Una de las líneas principales dentro del corpus de Marina es casar las ideas de occidente con las de oriente. Así, vemos pasar una serie de ejemplos de tribus como los Utkus, de pensadores japoneses como Takae Doi, de vocablos casi inexplicables en castellano como iki (“el resplandecer sensible por cuyo vivo arrebato algo de lo suprasensible llega a traslucir”) o amae (“depender y contar con la benevolencia de otro, sentir desamparo y deseo de ser amado”).
Otro punto de apoyo de José Antonio Marina para ejemplificar algunos sentimientos es la literatura: Rilke, Kafka, Proust, Sartre, Rimbaud, son algunos de los grandes escritores que ya con sus vidas, ya con sus personajes, ilustran El laberinto sentimental de José Antonio Marina.
No por nada Marina ha sido galardonado con los premios Anagrama, Premio Nacional de Ensayo, Mejor libro del año, Premio Giner de los Ríos, entre otros. Porque es quizá, junto a Fernando Savater, el único filósofo de lengua española que trata de hacer asequible al lector toda una teoría filosófica, misma que sin duda revolucionará los planteamientos de la filosofía contemporánea.